Marruecos vuelve a trazar rutas que conectan continentes. Con la apertura de la nueva vía que une Chengdu (China) con el puerto de Tánger Med, el Reino se convierte en un verdadero puente entre Asia, Europa y África, reduciendo los tiempos de transporte de 35 a 20 días y mostrando al mundo su capacidad de innovación logística. Esta iniciativa no solo moderniza el comercio internacional, sino que coloca a Marruecos en el centro de la Nueva Ruta de la Seda, como protagonista de un escenario global donde la rapidez, la eficiencia y la conectividad marcan la diferencia.

El corredor comienza en Chengdu, atraviesa Polonia y Alemania, llegando hasta Barcelona, donde las mercancías se transbordan a buques que navegan hasta Tánger Med. De esta manera, Marruecos no solo acorta los tiempos de transporte, sino que también reduce costes y aumenta la fiabilidad de las entregas hacia los mercados del norte de África y América, segun informa AS.

Esta primera conexión del China-Europe Express con un puerto mediterráneo africano es posible gracias a la colaboración con DPD (Deutscher Paketdienst), filial del grupo francés La Poste. La iniciativa extiende la conocida ruta ferroviaria China-Hamburgo y consolida a Tánger como un hub estratégico de redistribución de mercancías.

Este proyecto representa una oportunidad estratégica para Marruecos y sus exportadores, en un contexto en el que China mantiene aranceles cero para 53 países africanos, incluido el Reino. En 2024, China importó 186.000 millones de dólares en productos alimenticios, lo que convierte al país asiático en un mercado de 1.400 millones de consumidores y en un socio comercial de primer orden para Marruecos, siendo el tercer socio a nivel mundial y el primero en Asia.

Marruecos ha logrado en menos de 15 años convertirse en el principal productor de automóviles de África, desarrollando un ecosistema industrial altamente competitivo y unas infraestructuras modernas que facilitan la conectividad internacional. La cercanía de sus puertos a América, a solo cinco días de navegación, junto con la expansión de la Fachada Atlántica, incluyendo el puerto de Dajla y la cooperación con las Islas Canarias, refuerza la posición estratégica del país como puente entre China, Marruecos y Europa.