La energía eólica marina puede y debe contribuir de manera significativa a cubrir la demanda energética actual y futura, haciéndolo además con un mínimo impacto sobre el clima y el medio ambiente. Tanto es así que este sector, según previsiones de la propia Comisión Europea, experimentará un incremento muy relevante en próximas décadas y ofrecerá en su expansión grandes oportunidades para profesionales cualificados.